CRONICA DE UNA DESGRACIA YA ANUNCIADA.

El terremoto que azotó Mexicali el domingo 4 de abril y que dejo dos muertos, 35 mil damnificados y más de cinco mil viviendas afectadas, evidenció la indiferencia que por años han tenido las autoridades federales, estatales, municipales y de protección civil en materia sísmica.

Los reportes preliminares les arrojan que las casas dañadas, así como otras que se encuentran cerca, fueron construidas con concreto deficiente.

En un reportaje publicado en bionero.org el 19 de febrero de 2010, con el ánimo de prevenir desgracias en caso de un terremoto como el que semanas antes se había registrado en Haití el autor advirtió sobre la falta de leyes y reglamentos para construir y reforzar adecuadamente edificios públicos y privados en Mexicali.

En el reportaje se hizo referencia a un estudio realizado en 2001 por Geohazards International (GHI), organización que a través de sus investigaciones busca impulsar políticas públicas para fortalecer la seguridad sísmica a nivel internacional y que señaló los riesgos que tenía la capital política de Baja California en caso de que las autoridades no tomaran cartas en el asunto ante un eventual terremoto y no desalojaran a tiempo a las miles de familias que habitaban las zonas de alto riesgo en la ciudad.

Además, en esa ocasión el investigador del Departamento de Sismología de la División Ciencias de la Tierra del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Luis Mendoza, señaló que aún cuando ya se tenían identificados las zonas de la localidad más seguras para construir o en las cuales se necesitaba reforzar o comenzar a edificar con lineamientos diferentes, en la practica esto no se estaba realizando, pues aún faltaba legislar para contar con mejores reglamentos de edificación, lo que a su vez obligaría a las empresas constructoras a desarrollar complejos habitacionales con materiales que disminuyeran los riesgos de derrumbes, pues habían detectado complejos habitacionales que ante el vacio existente no estaban reforzando las viviendas.

Nadie les advirtió del riesgo.

La noche es fresca y algunos vecinos de los condominios Monte Albán se arropan con lo que encuentran. Armando, acostumbrado a dormir a la intemperie pues por varios años fue soldado del Ejército, abraza a su pequeño hijo de 2 años de años de edad mientras sus otras dos hijas de 9 y 8 años, ven las telenovelas a todo volumen en una improvisada casa de campaña que instalaron afuera del departamento que ocupaban desde hace tres años.

“El departamento ya no es habitable. Las paredes se cayeron y ya no es recomendable estar adentro. Sacamos algunas cosas y otras las dejamos en los cuartos porque si dejamos todo afuera se las pueden robar. La rapiña esta muy dura”, señala Armando, ex militar del Ejército quien hace 8 años llegó a Mexicali acompañado de su esposa María y su hija mayor, que en ese tiempo apenas tenía un año de nacida.

La plática se desarrolló en el patio delantero de los condominios, uno de los conjuntos habitacionales que mayores daños sufrió tras el terremoto del domingo 4 de abril, donde otras 40 familias entre chinas y mexicanas instalaron improvisados campamentos. Aquella tarde, Armando se encontraba viendo una película con su familia cuando sintieron una fuerte sacudida que parecía derribarlo todo. Entre él y su esposa tomaron a sus tres hijos y abandonaron el departamento mientras la tierra se seguía moviendo.

Ubicados a un costado del Río Nuevo, en pleno corazón del centro de la ciudad, los condominios Monte Albán tienen más de 2 décadas de presentar severos daños en su estructura. Fue el temblor de 6.7 grados que se registró el 24 de noviembre de 1987, lo que originó que muchos de los departamentos fueran abandonados por sus dueños. Deshabitados y sin la protección adecuada, los condominios se fueron poblando de nuevo por integrantes de la comunidad china y por familias provenientes del sur o el centro del país que como Armando, no tenían dinero para pagar una renta o comprar una casa nueva.

En los 3 años que Armando y su familia tienen viviendo en el departamento, ninguna autoridad les advirtió de los peligros que corrían por habitar una zona de alto riesgo. Sólo en una ocasión recordó, tras el sismo de 5.9 grados que se registró el 30 de diciembre de 2009, representantes de Protección Civil hicieron una visita a los condominios para supervisar que los departamentos no tuvieran grietas, pero de ahí en fuera nunca habían sabido en qué condiciones se encontraba el inmueble.

Pero ni las propias autoridades de gobierno conocen la situación real de los condominios, aun cuando existe mucha información sobre el tema. “Es una situación que apenas estamos por resolver. Por eso vamos a enviar a técnicos de Protección Civil, (y) a un grupo de Arquitectos, para que hagan una evaluación de las circunstancias en las que se encuentran los edificios”, respondió Juan Carlos Ramírez, subdirector de Gobierno en el Ayuntamiento de Mexicali, cuando se le preguntó sobre los daños sufridos en los edificios Monte Albán, que según el Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población Mexicali 2025, el cual se puede consultar en la pagina de internet de la administración local, es una de las 13 zonas más vulnerables en la ciudad en caso de registrarse un sismo de alta intensidad como el del domingo.
Temerosos de que se pueda registrar otro terremoto de 7.2 grados, Armando aseguró que seguirán durmiendo en los patios y jardineras de los condominios hasta sentirse seguros. “Ojalá nos dieran la oportunidad de conseguir una casa, porque el departamento quedó sumamente dañado y ya es imposible vivir ahí”.

Una Brasa al rojo vivo.

Bienvenidos a Residencial del Bosque, indica el letrero del nuevo fraccionamiento mexicalense ubicado sobre la calle novena a 5 minutos de la Nueva Garita, donde Alberto y su familia adquirieron una casa de dos pisos a la constructora Brasa Desarrollos, la cual se vio seriamente afectada por el terremoto de 7.2 grados.

“Algunas casas se cuartearon y tuvieron un desfase. Parece como si por dentro hubiera estallado un tanque de gas. Además, hubo desprendimiento de bloques y a simple vista se ve como se movieron las paredes”, denunció el molesto vecino, quien tras el fuerte sismo del domingo 4 de abril y las réplicas posteriores optó por salirse de su hogar y dormir en una improvisada casa de campaña.

El temor de Alberto y sus vecinos es real, pues a un cuando la empresa constructora originaria de Chihuahua les juró y perjuro que el Fraccionamiento se había hecho respetando el reglamento de construcción, la verdad salió a relucir cuando 10 casas ubicadas en la parte final del desarrollo resultaron con severos daños en la estructura tras el terremoto.

“Si en verdad construyeron respetando el reglamento no entendemos porque esas 10 casas resultaron con severos daños, mientras que a otras viviendas a simple vista no les pasó nada”. Desconfiados por lo que estaban viendo, un grupo de vecinos optó por contratar a un grupo de peritos que actualmente realizan una valoración externa para conocer exactamente la situación en la que se encuentran los inmuebles.

Los reportes preliminares les arrojan que las casas dañadas, así como otras que se encuentran cerca, fueron construidas con concreto deficiente, además detectaron que varias celdas que deberían estar coladas para fortalecer los muros no cuentan con el debido relleno. En otros casos los peritos encontraron que las casas no cuentan con cimientos, lo que las convierte en vulnerables ante cualquier movimiento de la tierra. Para colmo la barda perimetral que resguarda el fraccionamiento esta a punto de venirse abajo, motivo por el cual los desarrolladores optaron por detenerla con una hilera de barrotes.

“No estamos pagando un peso o dos. La casa más económica cuesta un millón 150 mil pesos y con los intereses se eleva a más de dos millones”, señaló el afectado, quien a pesar de tener el compromiso de los representantes de la constructora Brasa de asumir los daños ocasionados por la mala calidad de la obra, no puede dejar de pensar en las fatales consecuencias que podrían presentarse que en caso de registrarse un temblor mayor a los 6 grados.

No es el único desarrollo habitacional de reciente creación que resultó dañado. En el fraccionamiento Sevilla Residencial de la constructora Promocasa, decenas de viviendas presentaron daños en la estructura tras el fuerte sismo, situación que ha provocado inconformidad y temor entre sus residentes. Lo anterior generó que los representantes de la compañía emitieran un comunicado de prensa en el que informaron que se la dará seguimiento puntual a los clientes afectados, además que señalaron que de las más de 25 mil casas construidas en Mexicali, sólo 73 resultaron con daños, siendo Sevilla Residencial la más afectada.

“Están surgiendo a la luz publica algunas edificaciones que dan a pensar que no fueron desarrolladas en cumplimiento a los códigos de construcción mexicana y por otra parte que no hubo una verificación por parte de los constructores”, reconoció René Rosado, director de Protección Civil de Mexicali cuando se le preguntó sobre la detección de vicios ocultos en la construcción de fraccionamientos y edificios de reciente creación en la ciudad.