Buscador Google.

Loading

domingo, 11 de abril de 2010

TERREMOTO DEVASTO EL VALLE DE MEXICALI.

VALLE DE MEXICALI.- La peor devastación que dejó del terremoto del domingo, se encuentra ubicada en las poblaciones de los ejidos Nuevo León, El Chimí, Oaxaca, Delta, Zacamoto y Durango, se confirmó el día de ayer, al revelarse que fueron alrededor de 2 mil 500 viviendas las que sufrieron daños severos a causa de hundimientos e inundaciones, así como al desplomarse muchas de ellas a causa de la fuerza del movimiento telúrico.

En esa zona, la destrucción es total en su infraestructura: la red de electricidad, con sus enormes postes y grueso cableado, se encuentra en el suelo, el sistema de agua y la red de drenaje colapsados. Incluso se especula que toda, o una buena parte de esa zona del Valle de Mexicali, no podrá ser nuevamente habitable, ya que, aparte del hundimiento del terreno (en algunos de uno y hasta dos metros de profundidad), sigue brotando agua pestilente a azufre, sobre todo en el área del ejido Oaxaca y Delta, así como en el ejido Nuevo León.

Es una devastación clara y muy grande, pero que se agiganta ante la incertidumbre que se observa en los rostros de los residentes, pues tampoco hay agua

para el consumo humano, no tienen alimentos y están viendo su patrimonio destruido. Todavía peor, aún no saben a quién acudir porque sólo han recibido promesas vagas y el “rumor” de que “ya viene la ayuda…”.

Autoridades de más alto rango del Ejército Mexicano aceptan el hecho, pero le abonan a esta falta de respuesta, a la ausencia de brigadas de apoyo, de cocinas móviles y la falta de agua potable, al hecho de que las autoridades locales no han permitido la implementación del Plan de Emergencia DN-III en su totalidad. 

“No lo han hecho porque el Gobierno del Estado no quiere aceptar que fue rebasado por los hechos, como indudablemente también ya ha ocurrido en el caso del Ayuntamiento de Mexicali. El mando lo tiene el Gobierno del Estado”, confesó un militar ante EL MEXICANO, a modo de justificación, quien dijo que por ahora solamente acompañan en las giras a las autoridades civiles.

En los poblados recorridos, los rostros de incertidumbre, la falta de presencia de ayuda, la nula seguridad y el patrimonio desecho se observa en cada casa, en cada calle, en cada colonia de los ejidos y colonias agrícolas.

“No sabemos con exactitud el daño del terremoto”, es la frase de respuesta de autoridades municipales, estatales y federales, que protagonizan multitudinarias caravanas en los pueblos desbastados, pero con las manos vacías.

“Un aplauso” es lo que pide el oficial de las ceremonias donde pasan las autoridades, buscando el apoyo de un público necesitado.

Mientras, a nivel internacional se anuncia que “la Secretaría de Gobernación (Segob) reportó que el saldo del sismo de 7.2 grados registrado el domingo pasado en Mexicali, Baja California, es hasta el momento de dos personas muertas, 230 heridas y cerca de 35 mil afectados por falta de agua en la zona rural. Además alrededor de 30 mil hectáreas de riego afectadas, 150 kilómetros de caminos rurales dañados y dos puentes, así como varios tramos carreteros presentan fisuras y desnivelación de la carpeta asfáltica”, acá, donde está el problema, hay desinformación, los rumores suplen a los datos oficiales.

Los científicos ni siquiera se han acercado a la zona siniestrada para explicar el surgimiento de pequeños volcanes donde emanan aguas sulfuradas, y un olor a huevo podrido es la constante en los relatos de los residentes del pueblo del ejido Oaxaca, Delta, Chimí, Nuevo León, Reacomodo Indiviso, y muchos otros que no ha llegado la gira gubernamental.

El delegado de Colonias Nuevas, Felipe de Luis Rodríguez, no encuentra la manera de decirle a las autoridades que acudan al auxilio de su gente, de las más de 2 mil familias de esta zona.

El puente del tren se vino abajo y el paso para vehículo no se atreven a utilizarlo, pero aquí no hay presencia de otra autoridad con mayor nivel de decisión. Ahí el Delegado Municipal solo con su gente.

Piden comida, agua potable, brigadas de salud, refugios temporales pero no parece ver respuesta.

El subsecretario de Fomento Agropecuario, Israel Camacho, busca una respuesta a las emanaciones de agua del subsuelo, sin embargo no hay bases científicas, mucho menos acepta el impacto certero del terremoto en la actividad agropecuaria.

En 15 días se resuelve el problema de las inundaciones del ejido Oaxaca, afirmó el funcionario estatal, sin embargo se contradice con los hechos y las versiones de funcionarios municipales.

Andrés Vera, director de Desarrollo Rural, aceptó que en este ejido se tendrá que desalojar, igual El Chimí, ya no son sitios para vivir.

En el ejido Oaxaca hay 600 viviendas contabilizadas con daños en su estructura.

Los bomberos de Estación Delta quedaron como simples espectadores, la estación de servicio no es segura para laborar, pero ni esto ha obligado al director Fernando Rivera a visitarlos para ver las necesidades de la zona más desbastada del Valle de Mexicali.

El señor José Carlos Lugo muestra su casa, hundida no en el lodo sino porque la tierra no resistió y afectó la estructura.

Otras casas se vinieron literalmente abajo, hay que destruirlas y reubicar a las familias.

Las miradas tristes de las familias, viendo el patrimonio desbastado es una constante, al igual que la falta de respuesta oportuna, qué hacer, quién ayudará para vivienda nueva. No hay respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario o Pregunta sobre este Blogg.