
En la generación de un desastre no sólo influye la magnitud del movimiento telúrico, sino la preparación de la gente, el respeto a los códigos de construcción y saber qué hacer en caso de un terremoto, por lo que en México hay mayor avance en ese sentido, resaltó.
De acuerdo con un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el funcionario señaló que esos eventos sirven para cuestionar si estamos preparados para enfrentar un temblor y plantear hacer simulacros por lo menos una vez al mes en zonas sísmicas del país.
Especificó que el movimiento se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos, pero los daños dependen mucho de las construcciones, y claramente las repercusiones en Mexicali y Haití fueron muy distintas.
"Se trata de un lugar sísmico porque es la frontera de las placas tectónicas del Pacífico, en Baja California, y de Norteamérica, en Sonora", añadió el jefe del Sismológico Nacional.
El experto expuso que hace mucho tiempo que no se presentaba un temblor de la magnitud del ocurrido la víspera, aunque el SSN tiene registros de movimientos semejantes en 1915, de 7.0 grados en la escala de Richter, y el más reciente, en 1979, de la misma magnitud.
Valdés González agregó que el fenómeno del domingo 4 se sintió con intensidad en Mexicali, Tijuana, Calexico, San Diego y Los Ángeles, zona fronteriza que comparten México y Estados Unidos.
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